AHORA SI,
AHORA SI TENGO MÁS DATOS
Estoy
sentada en una terraza de un café. Es por la mañana. Mayo. Hace calor. Después
de unos días más frescos hoy hace bastante calor. Mientras observo a las
personas que están alrededor pienso que ahora
el uso voluntario de la mascarilla hace que tengas más datos de la forma
de ser de las persona. No es igual una
persona que no la usa salvo los casos obligatorios. Mientras otras la siguen
usando a diario en cada momento. Ese es un rasgo que para mí aporta bastante
información de las personas. Eso me planteo mientras pasa por la plaza un
hombre. Mediana edad. Formal, quizás demasiado. Viste jersey de pico con
camisa. Usa mascarilla por la calle cuando ya nos son obligatorias ni en
interiores. Temeroso. Presupongo que muy educado y discreto. Entra en una
farmacia. Cauteloso y previsor. Una persona que sale muy poco de su zona de
confort.
Pasa un
chico chino, sus rasgos apenas visibles así lo atestiguan. Sólo se le ven los
ojos. Usa sudadera negra. Lleva una mascarilla FP2 . ¡Madre mía! Por la calle
solitaria. Tendrán algún as en la manga, algo que debamos saber. Su experiencia
en las pandemias es conocida. Creo que exagera, que se pasa de prudente en los
exteriores.
Observo en
la mesa de al lado mía a una madre con su hijo de unos 9 años. Han pedido
churros. El niño coge uno y se lo come. Se levanta va hacia la gran sombrilla
que nos cobija con su sombra en la terraza y comienza a zarandearla. Yo lo miro
pero el niño sigue a los suyo. La madre también. Va comiendo con parsimonia
churros y mirando el móvil. Después de varios zarandeos la madre llama al niño
que se sienta y come algo más. Dando por terminado su desayuno. Se vuelve a
levantar hacia la sombrilla y esta vez le da al mecanismo de manivela y la
sombrilla empieza a subir y subir. Lo miro de nuevo pero no se da por aludido.
Cuando llega al tope la deja. Estaban a punto de llamarle la atención las
camareras. La madre ni ha levantado la cabeza. Esa señora está criando a una
persona dándole una libertad equivocada. Sin consecuencias de sus actos sin
comunicación quizá se arrepienta de ser
tan lasa cuando el niño sea adolescente y pida
la libertad con exigencias. Si supiera que tiene a su hijo por delante,
todo para ella en este momento. Podría conversar, escucharlo y que le escuchara
él a ella. Hablar de presente y futuro, del día tan bueno que hace, de los
planes para el resto del día, de cocinar juntos. De tantas cosas ahora que está
junto a ella sin distracciones de amigos o de dispositivos electrónicos. Es su momento
filial. Pero ella no lo sabe. Su hijo tampoco
retendrá esos momentos entre sus recuerdos.
Llevo camisa
a media manga, pantalón largo finito y he llevado desde mi casa hasta allí un
sombrero monísimo. Ni grande ni pequeño. De fibras naturales. Hace tanto sol
que lo creo imprescindible para salir a la calle a partir de las 10 horas.
Y a mí ¿cómo
me verán? Alguien que como yo observé a los demás ¿Qué pensará de mi al verme?
¿Qué datos de mi vida se ofrecen ante la atenta mirada de otra persona?
Si yo me
observara a mi misma creo que diría:
Mira esa
señora. Va bien, ni elegante ni descuidada. Segura y fuerte ya que está sola en
la terraza del bar tomando su desayuno. Tiene cierta clase pues lleva un
sombrero con estilo no una gorra de publicidad. Se le nota educada, sus gestos
son tranquilos y sutiles. También ilustrada pues lleva el periódico dominical
que lee con avidez aunque de vez en cuando levanta la cabeza y observa a su
alrededor. Es como si quisiera conectar su realidad con el contenido del noticiero,
como si además quisiera masticar cada noticia leída o como si quisiera alargar
la lectura del periódico. Quizás encuentra en sus firmas de autor pequeños
retazos de análisis de la realidad que quiere interiorizar para poder
comprender nuestro mundo.
En suma se
trata de una persona afable con la vida ya resuelta y dedicada a vivir el día a día de una manera
tranquila y a la vez cultivada.
¿Ésa soy yo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario