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jueves, 9 de abril de 2020

día 24, lunes santo


                       El futuro de las profesiones
                       Día 24, lunes
        Llega otra semana. Es Semana Santa y no hay teletrabajo. Toca leer más tiempo y limpiar más a fondo las estancias.
        Veo que tenemos un futuro nada halagüeño. Lo intuyo yo y lo intuimos todos.
        Lo primero es salir airosos de esta enfermedad. No contagiarnos o si ocurre recuperarnos pronto y bien. Pasado ese aspecto que es el más importante para nuestra vida queda el residuo que es la afectación a la economía personal y de todos y cada uno.
        Cómo nuestros trabajos se verán afectados, nuestros ingresos recortados y muchas personas sin trabajo.
        Los jóvenes que queden parados tendrán que reinventarse y ser creativos para buscar su sustento.
       Hoy desde aquí veo que el futuro de las profesiones va a estar en la psiquiatría. Habrá muchas personas necesitadas de ayuda con medicamentos, con consejos o simplemente pagar para ser escuchadas harta ya su familia de que comparta una y otra vez lo que todos han pasado. Así que pagan a alguien para que les escuche y saquen todo lo que está en su ser interno atascado como lo que hace las cal en  las tuberías.
Gente necesitada de hablar.
Personas que necesitan consejos .
Depresiones.
Trastornos mentales con sus mundos fantásticos a cuestas…

        Otra de las profesiones que surgirán por doquier son los sanadores, chamanes, echadores de cartas y de puestas de mano y toda esa fauna que llegan hasta los incautos que se aferran a ritos ancestrales para que no vuelva a ocurrir nada parecido o si ocurre querrán dotar a esos insensatos de protocolos para ser sanados.


También se prevé futuro en los abogados por la cantidad de cientos de miles de denuncias por echar a trabajadores de empresas, por denunciar a la administración por falta de ayudas, por ceses indebidos o no… una caterva de actos denunciables por ser la denuncia una vía para sacar la pena y rabia por el sinsentido de lo que está pasando y todo lo que conlleva, por supuesto y primordial en vidas humanas y como residuo en cierre de negocios y cese de trabajadores.

       Otra gran profesión aunque no dejará mucho dinero es la de escritores, surgirán a tutiplén contando en forma de diario, en forma de relatos verídicos o inventados cada uno de los aspectos que han tenido lugar en el coronavirus. Contarán experiencias que vivieron desde el encierro o desde el hospital si estuvo encamado, comentarán sus experiencias si estuvo o no conectado a respirador intubado, si era personal sanitario... Muchos querrán contar por escrito sus vivencias. Y eso no es malo, sólo que será un mercado saturado por la cantidad de escritos que pueden surgir. Cada uno ha tenido su propia experiencia. Cada cual tiene su propia vivencia, no hay dos iguales. Un relato por cada persona.
Cosas del cuerpo y  del alma a contar por el confinamiento y la enfermedad.
Relatos infinitos. Tantos como personas y días transcurridos.

        Ahí está el futuro de las profesiones. Esas estarán saturadas.

        Pertenecer al personal sanitario solo lo querrán los llamados por vocación auténtica. Aquel que no sienta esa llamada y lo hacía por estudiar algo ya no lo hará, escogerá otra profesión con menos riesgo porque ya se atisba que estas plagas han venido para quedarse y en cualquier momento puede surgir de nuevo o aparecer otra totalmente desconocida pero igualmente letal.

        Jóvenes del presente, decidid vuestros estudios y buscar un trabajo según lo sintáis. El futuro es vuestro.




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