UNOS ABRAZOS
DESEADOS
No me gustan
los abrazos mucho. El sentirme cerca de otro me pone algo tensa y quiero acabar
rápido ese contacto físico. Sé que a veces los disfruto si se trata de amigas o
de familiares cercanos pero no es algo agradable para mí.
Pero no hay NADA
de sensaciones negativas en los abrazos a los míos. Los míos son mis hijos. Ahí
si necesito la cercanía.
Yo doy abrazos intensos incluso llorosos y que quedaban
en mi ser largo tiempo sin deshacerse. Son los que doy a mis hijos en los dos o
tres encuentros que tenemos al año. Abrazos sentidos en lo físico y en los sentimientos
que llenan mi interior de emociones intensas por el roce y por el afecto emitido.
Abrazados lloraremos juntos y nos detendremos
unos instantes, nos retendremos un ratito para imbuirnos de la energía del otro, la que se trasmita por músculos y huesos por el sentirnos físicamente tan cerca.
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