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miércoles, 10 de junio de 2020

Acróstico para la primavera del 2020


Un acróstico para la primavera del 2020

Cuenta la leyenda que una vez  no se podían celebrar cumpleaños junto a familiares ni amigos.
Ocurrió  un día del mes de marzo.
Recuerdo cuando empezamos el miedo a lo desconocido y no podíamos ni movernos de casa.
Observábamos a nuestros vecinos cada día aplaudir a las ocho.
Nunca pensamos que algo así podía ocurrir.
Anulé viajes, abrazos y reanudé llamadas, palabras amables y viejas amistades. Estábamos en abril.
Vi en la tele hospitales llenos. Vimos también desesperación en los sanitarios. Dimos vueltas y más vueltas al pasillo de casa. Quedaron viajes no realizados. La vivienda fue vivida al máximo en todos sus rincones.
Inventé 100 cosas para entretenerme, imaginación desarrollada a tope para salir con la mente desde este espacio que es la casa.
Recuento de los que se fueron, a ver, pasemos lista de famosos, familiares, vecinos, compañeros, amigos. Quedamos refugiados en nuestras casas para no contagiarnos.
Unimos nuestras manos cada día para aplaudir juntos.
Surgieron cantos esperanzadores, canciones que escuchábamos una y otra vez. Ha sido una sacudida de la mente. Esperemos que este sufrimiento  no haya sido en vano.
Hay ahora sonrisas tapadas bajo las mascarillas





LA VIDA SABE DE MATEMÁTICAS


LA VIDA HACE SUS CUENTAS MATEMÁTICAS

Cuatro hermanos reunidos después de muchos años.


Al poco tiempo el del fondo de la izquierda, mi tío Diego falleció con 83 años (2016)

4 -1=3

A los dos años, fue mi padre quién falleció con 91 años, es el que está más a la derecha (2018)

3-1=2



Hace dos años tomé esta foto de los dos hermanos, mis tíos, en una céntrica calle de Motril.


El de la izquierda, mi tío Joaquín ha fallecido con 97 años(2020)

2-1=1

Queda mi tío Rafael que tiene 91 años.


¿Más motivos para una humanidad dividida ?


Ya estamos de nuevo divididos y para siempre. Todos. La humanidad entera. No tengamos una nueva razón para dividirnos.
¿Has tenido coronavirus o lo tienes?
A un lado
¿No lo has pasado?
A otro
¿Quiénes son los mejores?
Ninguno
¿Quiénes son superiores?
Todos iguales, ¡pues claro! como siempre.
Somos todos seres humanos que vivimos en un único planeta que llamamos Tierra.


viernes, 5 de junio de 2020

Y tanto la quería

Y tanto la quería…

   Ella era una niña reservada y callada que nunca hablaba de nada aunque si que le gustaba reír. Reía  muy sonoramente con sonidos como jipidos en donde solo se oía la vocal i.
   Creció sola con su madre. Su padre falleció cuando tenía 8 meses. La madre le confeccionó un caparazón a su medida. A la medida de la madre. La protegía de todo lo que según la madre era malo y que venía de la calle. Solo salía con su madre y al colegio. En ese tiempo los niños y las niñas del barrio jugábamos en la calle cada día. Jugábamos al pilla-pilla, a la comba, al elástico, al tejo y a juegos de palmadas y canciones.
   Ella, nuestra vecina, la niña, nos miraba jugar desde el tranco de su puerta. Ese era el único territorio más alejado de casa en donde le dejaba la madre estar. Otras veces lo único que podía hacer era quedarse parapetada detrás de la puerta asomada por la parte de arriba. La puerta era como algunas de las de antes que se podían abrir media puerta o la puerta entera. Así que su madre dejaba abierta la mitad de arriba de la puerta y cerrada la mitad de abajo. De esta manera la niña podía observar la calle y nuestros juegos sin traspasar siquiera el umbral de su puerta de casa.
   La niña se fue haciendo mayor sin pasar siquiera por la adolescencia. Con la mayoría de edad y cuando salía a comprar con su madre parecían dos personas clónicas. Dos mujeres de edad indeterminada, casi idénticas y siempre juntas.
   Así trascurría su vida. La más joven comenzó a trabajar limpiando casas de buenas familias.
   La mujer más mayor se seguía haciendo mayor.
   La mujer más joven la cuidaba con mimo.

   Y llegó la pandemia.
   La mujer más mayor enfermó. Tenía patologías previas y en una de las visitas imprescindibles durante el confinamiento que tuvo que hacer al centro de salud cogió la enfermedad.
   Fue ingresada en el hospital.
   La separación con la hija no ayudó a la cura. Tampoco ayudaron las terapias usadas. No pudo superarlo.
   La hija mientras su madre estuvo ingresada se quedó, como todos, en casa. Todo el tiempo estaba a oscuras, rezando para que su madre se recuperara.
   Desde que la ingresaron no pudo ver a la madre ni antes ni después de fallecer.
   La hija quedó sumida en un mutismo y pesadumbre extremos.
   La madre quedó enterrada en el cementerio del pueblo.
   Desde el día en que se pudo salir a la calle y acudir al camposanto,  la hija acudía cada día por la mañana y también por la tarde a visitarla. Le limpiaba la lápida cada día y se colocaba lo más cerca de ella que podía para hablarle como si aún pudiera oírla.
   Si pudiéramos escuchar lo que decía le estaría diciendo que pronto se verían, que no se enfadara con ella, que de un momento a otro estarían juntas.
   Cada día la mujer más joven estaba más hundida por no poder estar junto a la mujer más mayor y ya no pudo más.
   Escogió el día y la hora. El día 1 de junio es el  día del Rocío, lunes  de Pentecostés, una festividad que pone término al tiempo de Pascua. En ella el Espíritu Santo ofrece valentía y libertad y así mismo posibilita la comprensión.
   Este día le proporcionaba lo que necesitaba: fuerza y perdón.
   Acudió al cementerio vestida de domingo después de haber acudido  a misa. Habló con la madre un buen rato. La madre se mostró complacida según su percepción, ya no le regañaba. La hija le había dicho que había llegado el momento de estar juntas.
   Salió del lugar y deambuló por la calle hasta que encontró la ocasión buscada. Después de santiguarse se lanzó a la calzada justo cuando pasaba por allí un coche.   

   Abrió los ojos mucho tiempo después.
-        -  ¿Mamá , mamá estas ahí? -se le oyó decir.
La enfermera le contesto:
-         - Tranquila estas a salvo, te recuperarás.
   Cerró de nuevo los ojos, dedicó unos minutos a entender que la nueva situación no era la que esperaba. Pasó así un rato, ¿minutos u horas? El tiempo no se puede cuantificar cuando todo trascurre con el pensamiento. 

   Se puede revivir un minuto durante horas o toda una vida en un minuto.

   Al abrir los ojos de nuevo se le oyó murmurar en voz baja:
- Mamá lo siento tendrás que esperar un tiempo mas para que podamos reunirnos. Sé que lo haré pero no es el momento. Hasta pronto mamá ya te lo contaré todo al verte, todo lo que viva a partir de ahora. Verás que cosas tan sorprendentes te cuento.


jueves, 28 de mayo de 2020

El florido armario empotrado




Abrir este florido armario empotrado ubicado en un pequeño hueco en la paredes es ver materializado en papeles y carpetas los años de estudios universitarios, la carrera de química de mi hermano concentrada en el espacio de arriba,
la de magisterio y pedagogía mía en el estante de abajo. Duros años los de estudio que caben en un espacio reducido pero que folio a folio costaba gran esfuerzo desentrañar.
Un material que estudiado y aprobado nos ha servido para posicionarnos en un estatus de vida de clase media trabajadora.

Los estantes medios contienen bolsos, gorras y toallas playeras.
Abajo del todo más bolsos y artilugios.
El papel florido de las paredes es el sobrante del empapelado que había en el comedor familiar en los años 70: un derroche de flores y colores que envolvía el sobrio comedor y lo hacía vistoso y alegre.  Un espacio pequeño que acogía a mi abuela, mi padre, mi madre, mi hermano y yo con sillas de enea, mesa de formica, una pequeña tele y un capital humano insustituible.

lunes, 25 de mayo de 2020

LOS NUEVOS MIEDOS


Los nuevos miedos

           Me reconcomo cuando salgo a la calle y he cogido el pomo de la puerta del portal al salir, también me pasa si camino demasiado cerca de los contenedores de basura. Me imagino que allí hay una nube del virus de la corona revoloteando como si fuera una nube de mosquitos pero en miniatura. También me da remordimiento posterior si paso por la puerta de una residencia de mayores, algunas lo han pasado muy mal y  me hace que parezcan como una cámara de los horrores con todo el lugar infectado !pobrecitos nuestros mayores tan solos e indefensos!
         Ahora que sale más gente a la calle también me reconcome los que pasan cerca de mí y dejan una ráfaga de aire removido alrededor de la cara o pasan a casi 2 metros pero me miran y pienso ¿ha respirado fuerte y han llegado hasta mí sus desechos respiratorios? Incluso algún día durante mis paseos si sopla airecito primaveral pienso que viene cargado de los dichosos virus.
        Cuando vuelvo a casa no sé si poner una lavadora con toda la ropa que llevaba puesta a alta temperatura, claro que hay ropa que no lo admite…
Todo eso me reconcome.
         También me atormenta si me toco la mascarilla estando fuera de casa. Si  me la recoloco o si me la bajo porque me da asfixia. Todo eso me lleva a pensar en los microbios que han quedado prendidos y que estarán rozando mi boca.

Pasadas unas semanas con estas situaciones ya me voy acostumbrado y relajando.

En la entrada de casa he colocado una estantería baja para colocar los zapatos y la ropa que he usado la dejo también colgada en un perchero al menos 24 horas. ¿Sirve de algo o no? Yo me siento más tranquila no introducirla en el armario.
La mascarilla si la he usado solo un rato al llegar a casa la pulverizo con desinfectante y la cuelgo de un tendedero interior varias horas. Después la envuelvo en un pañuelito de algodón y va colocada en una pequeña bolsa de plástico en un cajón del mueble de la entrada.
Y así me he instalado en una “nueva normalidad” que ha venido para quedarse por mucho tiempo.









jueves, 21 de mayo de 2020

En casa 69: MODA PARA ESTE VERANO






   
MODA PARA ESTE VERANO ⇨





Este verano y dada la situación actual, la moda ha tenido que adaptarse rápidamente a las nuevas circunstancias.

¿Qué se va a llevar esta primavera - verano?

La moda que estaba creada para esta temporada y que hace meses desfiló quedará apartada y a lo mejor, con suerte, la próxima temporada se podrá lucir.
En este presente que se ha presentado sin avisar, lo que debe primar  es la envoltura máxima de nuestro cuerpo para que no pueda entrar en contacto con el virus y que al microbio le sea difícil encontrar algún poro de nuestra piel al aire para penetrar. Pero además la moda se adapta a la realidad que ha quedado a la vista después de estar confinados 2 meses en casa y que costará esfuerzo y tiempo volver a la normalidad. Se trata de los kilos de más, pero es que además esos kilos están concentrados en determinadas zonas. Así que la moda, como muchas veces se adapta a la nueva realidad. También para no crearnos más problemas la moda será primando la comodidad.
La moda  en este presente serán los blusones amplios y largos, unas prendas sueltas que hacen dinámica nuestra figura. Al andar se ven vaporosos y ligeros como el viento.
Se llevan mangas hasta el codo, nada de tirantes pero si estará permitido el  escote pronunciado en donde asome lo mejor de nuestro cuerpo que será el pecho.
Encima de la túnica podrá unirse un amplio poncho superpuesto por encima de la holgada y volantona camiseta.
También se podrán usar camisetas y largos vestidos con varios volantes superpuestos. Volantes por doquier pero estratégicamente colocados. Un amplio volante siempre  por debajo de nuestro pecho que recorra todo nuestro contorno y envuelva nuestro cuerpo en una segunda capa protectora y otro volante de los imprescindibles será más debajo de la cintura tapando muslos y trasero.
La tendencia de esta moda es de cintura nada marcadas. La cintura quedará libre de ataduras, salvajemente suelta, a su aire.
Nada de fajas, ni estrecheces, la anchura en todo su esplendor.
Otra tendencia generalizada es la de no llevar los labios pintados. Se llevan al natural ya quedan bien protegidos del sol bajo una mascarilla que puede ser natural de las elaboradas en papel y que venden en farmacias o decorada y estampada según marcas de moda y que son muy vistosas. pero si continuamos  con la nueva moda de la nueva realidad también es conveniente colocarnos encima un gran pañuelo que envuelva pelo, boca y papada, quiero decir cuello.
La moda de este verano se parece a la que llevan siglos usando las islámicas.
Lo que nos distinguirá será el uso del color. Los más favorecedores son los tonos oscuros porque estilizan más pero también los que acumulan más calor en el tórrido verano del sur.
Eso sí, con esta moda  tendrás carencia de la vitamina D ya que poca piel asomará bajo tu vestimenta y los rayos solares no tendrán por donde penetrar en tu piel.
Estar guapa merece ese esfuerzo: esconder michelines y kilos de más por doquier.
Se trata de una colección muy equilibrada con un hilo conductor muy bien definido.
Hay que ser imaginativos e inspirarnos para un desarrollo artístico de los diseños.
Y por supuesto ser fieles a nuestro estilo pero adaptado a la nueva realidad.






martes, 19 de mayo de 2020

día 67 martes 19 de Mayo


Día 67 martes 19 de Mayo

Aquí, en Málaga, desde ayer estamos en FASE 1. Lo que indica que abren tiendas y restaurantes y hay otra serie de medidas que van acercándonos a retomar  nuestra vida antes de marzo.
Ya cierro el diario del confinamiento ya que no estamos totalmente confinados. Nos ha costado 67 días llegar hasta aquí y esperemos que con otros 67 podamos normalizar nuestro día a día y tener más libertades entre las que entre viajar a otros países. Así mis hijos podrán este verano venir a casa, a su casa de España, a la de Málaga y a la de Motril. Podremos vernos en vivo y en directo y no solo a través de imágenes en un ordenador. Disfrutaremos los minutos juntos para cargarnos de sensaciones y sentimientos y poder seguir viviendo nuestras vidas en la distancia cargadas de oxígeno vital hasta el próximo encuentro.
Encuentro familiar
Hijos que vuelven
Oxigeno vital
Necesidad
Sensaciones placenteras
Sentimientos desbordados
Recarga indispensable
Para seguir viviendo.
 ¡Que este verano no me falten estos encuentros!



viernes, 8 de mayo de 2020

día 54 miércoles 6 de mayo

      Hace buen día. Llevamos unos días de demasiado calor pero hoy ha refrescado un poco.
Voy a la frutería. Necesito sobre todo judía verdes, habillas como decía mi madre, para hacer un cocido de habillas y calabaza. Tengo la calabaza que compré el otro día en el supermercado y venía ya cortada y preparada para cocinar. Si  la encuentro así no me lo pienso y la compro. Calabaza envasada al vacío y cortada y pelada aunque cueste un poco más vale la pena porque la otra opción es que te corten una rodaja de calabaza y que deberás pelar y cortar con la dureza que muestra y con la posibilidad de un corte importante en tu piel.
      Tengo también carne de ternera y huesos para poder realizar en óptimas condicionales un buen puchero.
       Pero no solo necesito judías verdes también necesitamos más verduras y frutas.
      No me pinto los labios y me pongo la mascarilla nada más salir de mi casa.
Cuando voy por la calle con mascarilla me siento rara si me cruzo con gente que no la lleva. Me digo que es demasiada protección para andar por la calle y que los que me vean con ella y ellos no usen pensarán que soy exagerada. Aunque si me cruzo con gente que la lleva me siento bien, me iguala a ellos y al cruzarnos es como si nos dijéremos que lo estamos haciendo bien.Siempre que voy a un comercio  llevo la mascarilla puesta.
       Pero es que también me ocurre lo contrario, si salgo a la calle sólo a andar un rato no llevo la mascarilla. La usé el primer día y al andar rápido me faltaba el aire al respirar  y me iba a asfixiar, se me pego l "papelucho"a los orificios nasales y aunque abrí la boca tampoco entraba el aire necesario y me dio asfixia. Hube de quitármela con rapidez , pararme y respirar varias bocanadas seguidas.
Eso sin contar con la capa de sudor que se generó alrededor de la cara y que era tanto que la mascarilla acabo húmeda.Así que no uso la mascarilla si solo me dispongo a andar.
       Pero el hecho que me pasa si no la llevo es lo dicho, que cuando me cruzo con gente que la lleva me siento mal porque creo no hacer lo correcto y si me cruzo con quien no la lleva me siento bien  por ver que podemos andar así más liberados.
       A los que me ven sin ella si ellos la llevan, quisiera decirles que yo también la uso si voy a recintos cerrados y a los que me ven con ella y ellos no la llevan quiero que sepan que yo no la llevo si voy a andar al aire libre y no soy tan asustadiza y cumplidora.
       En fin nunca estoy segura, pero bueno, seguiré haciendo lo que hago, intentando pasar de lo que pueda o no pensar la gente de mi con mascarilla o sin ella.
       Bueno en la frutería la compra ha sido un éxito. He comprado alcachofas, espárragos, guisantes, habas, aguacates, nísporas, albaricoques, pepinos tomates cebollas judías verdes, zanahorias y fresas. Toda una selección de verduras y frutas de temporada. Pasaré buenos ratos cocinando y saboreando lo cocinado junto a una copa de vino.




día 51 domingo 3 de abril


UNOS ABRAZOS DESEADOS

No me gustan los abrazos mucho. El sentirme cerca de otro me pone algo tensa y quiero acabar rápido ese contacto físico. Sé que a veces los disfruto si se trata de amigas o de familiares cercanos pero no es algo agradable para mí.

Pero no hay NADA de sensaciones negativas en los abrazos a los míos. Los míos son mis hijos. Ahí si necesito la cercanía.
Yo  doy abrazos intensos incluso llorosos y que quedaban en mi ser largo tiempo sin deshacerse. Son los que doy a mis hijos en los dos o tres encuentros que tenemos al año. Abrazos sentidos en lo físico y en los sentimientos que llenan mi interior de emociones intensas por el roce y por el afecto emitido.
Espero que pronto nos demos esos abrazos.
 Abrazados lloraremos juntos y nos detendremos unos instantes, nos retendremos un ratito para imbuirnos de la energía del otro, la que se trasmita por músculos y huesos por el sentirnos físicamente tan cerca.




lunes, 4 de mayo de 2020

Día 50, 2 DE MAYO




Día 50
Hoy cumplimos los 50, no los 50 años que yo ya cumplí hace algunos, sino los 50 días encerrados en casa. Nos felicita el gobierno y como regalo podemos salir a la calle legalmente a pasear y no solos, sino acompañados de nuestra pareja. Un gran regalo, solo que el regalo es para todos y lo usamos a la vez.
Salimos a la calle a disfrutar nuestro regalo que viene con instrucciones de uso. Pero al salir nos cruzamos demasiado cerca con todas las personas y esas instrucciones casi no las podemos aplicar a nuestro regalo.
 Andamos rápido no sé si por necesidad de ejercitar las piernas o por hacer más rápido nuestro recorrido y llegar pronto a nuestro refugio casero donde nos sentíamos protegidos.
Mañana no salgo, pienso, usaré mi regalo de vez en cuando, quizás cuando algunos se cansen de él.



LO QUE VI



LO QUE ESPERO


Día 48, jueves 30 de abril


Interrogantes sin respuesta.
Toda la humanidad afectada. Pensar que cualquier persona de este mundo, desde nosotros a reyes, deportistas de elite, millonarios y personas cercanas a nosotros, todos estamos en  la misma tesitura.
¡Qué fuerte! toda la humanidad, todo el planeta tierra, todos los humanos estamos en una misma, grave  y desagradable situación! ¡ socorro!-grito en unas palabras que solo suenan en mis adentros.
 Nadie me oye, todos están en sus casas burbuja. ¡Madre mía! Al decir esta expresión me acuerdo de la mía, por suerte no está viviendo esta catástrofe con la que tanto sufriría, lo pasaría mal por ella y sobre por nosotros por sus hijos y sus  nietos y no soportaría estar tanto tiempo tan lejos unos de otros.
¡Dios mío! ¿Me oye alguien? Todos los países afectados con la salud en primer plano de nuestra vida y la economía de todos los países tocando fondo.
Respiro.
Hay que dejar pasar el tiempo.
No queda otra.
Pongo música y voy a distraer un poco la mente. Es tiempo de espera. No hay más. Después me voy a visitar un museo  virtual. Me apetece pintura moderna y algún que otro cuadro clásico.
Más tarde leeré un rato. Seguiré con Alegría de Manuel Vilas, un libro triste en su contenido pero disfrazado de título alegre. Como la vida misma.


Día 47, miércoles


LOS APLAUSOS

Hay días en que mi aplauso es solo un choque de mano sin apenas sonido,   otros días aplaudo con ímpetu apretando fuete una mano como otra y haciendo muy sonoros mis aplausos. Unas veces estoy mucho rato aplaudiendo, otros pocos segundos. Todo demuestra un reflejo según el estado de ánimo de ese día o de ese momento. Muestras tu fuerza o debilidad en esos aplausos. Pero ocurre que el aplauso de los vecinos también nos influye y si algunos de ellos aplauden fervorosamente, a nosotros también nos llega esa fuerza y nos hace aplaudir más intensamente. Pero aunque a veces con cierta desgana, que no cesen los aplausos, necesitamos saber que todos seguimos aquí, ansiamos el momento de ver las caras de los vecinos, saber que ellos y nosotros seguimos aquí, aplaudir a todos los que lo merecen, aplaudir y cantar el cumpleaños feliz al quien corresponde y asomarnos a ese trozo de mundo en el que hay personas enfrente cercanas y no tan diferentes a nosotros. Necesitamos saber que ellos, al igual que nosotros seguimos en casa.



Día 46, martes


LIBERTAD

Libres, ellos son libres. Puedes verlos ahí volando como si esta realidad que nos cierne no fuera con ellos y no lo es, al menos en principio. Nunca se sabe como pueda o no repercutir esta pandemia en los animales. Los pájaros, bandadas de pájaros sobrevuelan delante de mi ventana, libres, felices, una vuelta y otra.
Libertad esa palabra que ahora no podemos usar en la extensión del término.

Mi madre ya lo anticipó cuando pintó este cuadro.




Día 45, lunes


Hablo sola
Con tantos días que llevamos encerrados, 45 ya, me siento necesitada de hablar con alguien ajeno a mi marido. Es verdad que de vez en cuando hacemos una vídeo-llamada con mis hijos, que una vez en semana jugamos al pictionary on line con mis hijos, mi sobrina y mi hermano mientras nos vemos y  hablamos con otra aplicación, incluso a veces telefoneo o mando y me mandan, mensajes de voz algunas amigas y si voy al supermercado hablo con el pescadero diciendo como quiero que me prepare el pescado que le pido. Pero nada más…necesito hablar con alguien más y a veces como ahora que los siento tan cercanos. Así que hablo con los de la tele como hacía de niña. Pensaba que me veían como yo a ellos.
También con los de la radio que siento tan cercanos, al fin puedo saludar a esa presentadora que tanto me gusta como si de verdad estuviera hablando con ella.
Y sino pues hablo sola un ratito. Los pensamientos los plasmo en palabras que solo oigo yo.
Necesitamos expandir nuestras voces a otros oyentes y que otros nos hablen directamente a  nosotros.





jueves, 30 de abril de 2020

Día 44, domingo 26 de abril

Los niños siempre han convivido con monstruos en su mente.
Cada miedo es materializado en su mente imaginativa por un monstruo. Cada niño era capaz de diseñar su monstruo. Yo he visto dibujados monstruos feos, mas o menos grandes, con ojos,con pies y brazos, monstruos sonrientes, había niños que les dotaban de buenos sentimientos, otros les conferían poderes especiales , muchos eran malvados, con habilidades variadas, portadores de cuernos, llevar armas por brazos, suaves o geométricos y hasta hay monstruos de colores con especialidad en sentimientos variados.


Hoy que los niños salen a la calle a pasear por primera vez desde hace 43 días TODOS los niños y todas las niñas van a intentar evitar al monstruo actual, el coronavirus.
Pero esta vez el monstruo no esta en su cabeza.Y además el monstruo no es diferente para cada mente creativa. Todos ven por igual el mismo monstruo.Para todos es el mismo monstruo.



día 43, sábado 25 de Abril

Sábado 25 de Abril, día 43

LO ESPERADO
Siempre queremos que se cumpla lo esperado: que el examen vaya bien, que la boda salga bien, que la operación salga bien, que el parto vaya bien...Es lo que esperamos.

Esperábamos en nuestra vida que vaya bien  el fin de curso, nuestros hijos,la salida del fin de semana, nuestras vacaciones, nuestro viaje programado ...

Nos íbamos a comer el mundo. TODOS. Un cachito para cada uno, algunos más grandes que otros.
Ahora lo que esperamos  como un ansiado deseo no es un viaje alrededor del mundo, ni ir a comer al restaurante más lujoso. Solo, simple y llanamente lo que esperamos es salir a la calle a dar una vuelta.
Los niños menores de 14 podrán hacerlo junto a uno de sus padres mañana.

Ahora lo que de verdad esperamos es que las predicciones se cumplan, pase pronto el pico, desciendan los infectados por coronavirus y los muertos y la gráfica se muestre con tendencia a cero como se diría en matemáticas. Lo esperado.

ilustración de Jimmy Liao

viernes, 24 de abril de 2020

Día 42, 24 de abril

Limpieza general, hoy viernes día 41

En estos días decido, como casi todos, hacer un poco de limpieza más a fondo por rincones.
Retiramos el enorme sofá de la pared para pasar el aspirador por esa zona y ésto es lo que había debajo de él:




objeto a objeto
mis gatos, mejor dicho uno de ellos, Simba
encesta,
marca,
atina,
esconde,
cada pequeño objeto que sea susceptible de ser movido con un golpe de pezuña,
lo logra ocultar a la vista de todos,
hasta que se nos ocurre mover la pieza que ocultaba los tesoros del escondite.

Hay otro lugar que permanece saturado hasta que le llegue el turno de ser retirado para limpiar debajo:la nevera.
Bajo el frigorífico subyacen numerosos objetos, la mayoría son tapones de los cartones de leche y pinzas de la ropa.
Debe estar el hueco repleto porque cuando mete algo dentro, al poco hurgando con su pequeña garra, lo,puede sacar para volver a meterlo jajajaja
Cansado pero relajado después de sus hazañas.











miércoles, 22 de abril de 2020

Día 40, 22 de Abril


Voy a salir a la calle. Me visto bien guapa y ya en el baño me peino, maquillo un poco los ojos y me pinto los labios. Por último me pulverizo perfume, la colonia reservada para las grandes ocasiones.
Me voy hacia el mueble de la entrada y cojo los guantes que llevaré para hacer la compra y en el espejo del recibidor me coloco la mascarilla. De pronto un movimiento rápido casi involuntario surge de mi mano y me quito con avidez la mascarilla. La miro por dentro y no está manchada. Me siento aliviada porque solo de pensar que se hubiera manchado con el pintalabios me aterra. Están muy escasas y debe durarme para más ocasiones. Con esa mancha podía parecer que era sangre…No hubiera podido usarla.
Voy al baño, cojo papel higiénico, lo mojo en agua y me restriego los labios hasta hacer desaparecer el pintalabios. Estoy triste. Me coloco la mascarilla, me miro de nuevo en el espejo de la entrada  y salgo a hacer la compra.
¿Hasta cuando no podré volver a pintarme los labios?

P.D.: ¿y si se pintan unos dibujos de labios y se pegan por fuera de la mascarilla?




lunes, 20 de abril de 2020

CONFINAMIENTO VERSUS MASCOTAS


CONFINAMIENTO EN IMÁGENES. DÍAS 35, 37, 38 Y 39
ABRIL 2020

                                                                         PELEAS

JUEGOS
SUEÑOS COMPARTIDOS
DISTANCIA
TELE
COCINAR
PERDERSE
ASOMARSE A LA VENTANA
CARIÑO
LECTURA


Y TODO SIN SALIR DE CASA



jueves, 16 de abril de 2020

Envejecer en un día


Día 34, 16 de abril
ENVEJECER  EN  UN  DÍA

      Cada día al peinarme me veo en el espejo de encima del lavabo.Ante mi reflejo en el espejo pienso, ¡qué carita tengo! Sin nada de pintura en los ojos ni en los labios y con la mirada apagada.
Me miro y me reconozco, soy yo, pero triste.
      Pero hoy, al ver mi reflejo en el espejo no me he reconocido. He agachado la cabeza y he vuelto a lavarme la cara. Me asomo de nuevo al espejo pero ahora poco a poco. Lo primero que aparece son mis canas. Ha crecido una parte considerable de mi pelo blanco. Después los ojos asoman tristones, sigue la cara blancuzca sin tono definido. Por último, con toda la cara en el espejo, veo mi pelo largo, largo y sin forma definida creciendo salvajemente sin que nadie lo recorte, le dé un poco de forma o lo despunte.
      En  mi no parece haber llegado la primavera sino el invierno.
      Me hago un estiramiento facial y fuerzo una sonrisa.
      Me aplico colonia detrás de cada oreja.
      Apago la luz. Salgo del baño.
      Un nuevo día de confinamiento.
      Voy a leer un poco. Encontraré otros mundos en donde vivir y en ellos seré libre.


miércoles, 15 de abril de 2020

Día 33, miércoles 15 de abril



Llueve. Lluvia tras los cristales. Otra vez.

Mis gatos no se acostumbran a que ande rápido por la casa. Me miran ojipláticos, no entienden a que viene esa bulla, ellos que están  tan tranquilos todo el día. Se ponen por medio en el pasillo, se retiran a mi paso rápido, me miran, me maúllan.
-         
            - ¿Quieres parar ya?- parecen decirme