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martes, 31 de marzo de 2020

Día 18 del confinamiento


     Llueve bastante. Este tiempo lluvioso tan bien recibido por nuestro planeta nos sirve a nosotros, desde casa, para hacernos estar más melancólicos.
    Estos días están siendo muy lluviosos. De 18 días apenas hemos tenido dos o tres con sol.
     Ya veremos cómo nos sentimos cuando la primavera con sus cálidas temperaturas y sus días luminosos nos invada el paisaje que vemos desde nuestra ventana porque seguiremos aún confinados.
    Estamos bien y eso es lo que importa hay que repetirse varias veces al día.
    Ánimo.

Día 17


    Día 17 del confinamiento en casa

    Nunca pensamos que tan poca cosa, quedarnos en casa, significara tanto para  otros como para nosotros, no contagiarnos ni contagiar. Nunca tan poco era tanto.
     Aquí seguimos, en casita. La vivienda que hemos podido aspirar a pagar, la que hemos decorado de manera personalizada, la que acoge nuestros cuerpos cuando entramos, la que nos devuelve al exterior descansados. Ese espacio del mundo más nuestro que cualquier otro. En casa no se está mal, en nuestra casa. Otros ni siquiera están en su casa.
     18 días dentro de casa sin haber salido y los que quedan. Si no podemos tener vivencias en el mundo exterior sí que podemos nutrir nuestra mente a través de la lectura, de series, de pelis, de radio en un espacio confortable y cálido. Actualmente vivimos nuestra vida de puertas adentro. Solo y exclusivamente vivimos este tiempo para nuestro cuerpo y mente, para nuestro ser. Cuando salgamos empezaremos a compartir con otros mirando a su cara todas estas vivencias.

     Cuando esta mañana he abierto la nevera he visto que apenas me quedan alimentos. Al inicio del confinamiento la llené de todo tipo de alimentos. Ese chorreo de días en casa con tres comidas diarias ha ido mermando los alimentos del frigorífico. Y eso que he estado racionalizando la comida. Las raciones desde el primer día son más pequeñas en cada plato, las cenas están siendo más austeras, no tiramos nada de alimentos a la basura, así que la basura orgánica está al mínimo, aunque esto era algo que ya hacíamos.
     Después de la sesión de trabajo me voy a leer la prensa con la radio puesta.
     Monotema, las noticias son una noticia, la noticia.



lunes, 30 de marzo de 2020

día 16 del confinamiento


  

Hoy domingo, día 16 del confinamiento en casa me dedico a escribir una carta. Algo inusual en estos tiempos tan digitales pero cuyo formato sirve para una reflexión más pausada y con un lenguaje más formal.

Málaga 29 de marzo del 2020


      Carta a mis hijos:

   Queridos hijos, espero que a la presente estéis bien. Nosotros por aquí lo estamos dentro de esta situación desorbitada que estamos viviendo todos.
Solo quiero deciros que esta experiencia vital  no hubiera deseado que vosotros la hubierais vivido nunca.
   Los padres siempre queremos evitaros de cuantos más males mejor. Siempre queremos preservaros de lo malo.
   Hubiera sido mejor que no la estuvieseis viviendo en primera persona.    Aunque yo la hubiera vivido y en un futuro pudiera contarla en forma de batallita de abuela a vuestros hijos. Al igual que mi abuela nos contaba sus historias de cómo vivió la guerra civil, sus miserias y su duro trabajar para sacar adelante a su familia. Yo la escuchaba pero no llegaba ni a intuir todo lo que había pasado Acomodada yo en el confort de mi casa humilde pero segura. Nuestro presente era otro y nuestros abuelos nos narraban el pasado recreado en su mente.
   Si, abuelita fuiste una luchadora, allanaste el camino para llegar hasta aquí y para que  nosotros, tus descendientes, estuviéramos mejor que tú.
   Así  hubiera querido yo para vosotros, mis hijos, narrar mi pasado para que lo tuvierais presente pero nunca desee que lo vivierais vosotros.
   Ahora mi presente es vuestro presente. Lo estamos viviendo a la vez.       Todos estamos ahora en esta lucha.
   Todos.
   Nadie contará a nadie lo que está pasando porque todos lo estamos viviendo. Será muchos años después en el futuro y a otras generaciones a quienes  vosotros contareis  lo que quedará de todo esto.
   Esta misiva quiere poner de relieve cuantos os quiero. Que estáis preparados para ser fuertes y armados para luchar unidos frente a adversidades. Que cuando esto pase nos juntaremos y celebraremos nuestra unión.
   Me despido de vosotros. Si ya han pasado 17 días confinados podremos resistir los que resten.

   Ánimo.

   Un beso



Pesadilla, día 15 del confinamiento


     

     Hoy he tenido una pesadilla mamá. He soñado que estábamos encerrados en casa. No podíamos salir a la calle porque fuera nos acechaba un ser microscópico que buscaba instalarse en nuestros cuerpos y poseerlos. Y eso es lo que hacía. Millones de personas estaban ya enfermas. Los hospitales colapsados, las funerarias desbordadas y no se podía atisbar el final de esta situación.
     Y fíjate qué tipo de pesadilla era que este ser afectaba a todo el mundo. Toda la humanidad era susceptible de ser violentada por ese ser maligno. Todos, mamá ¿te das cuenta? T O D O S
     La peor pesadilla que he podido tener. Calles desiertas, trabajos paralizados, niños encerrados, hospitales colapsados.
    Mamá abrázame fuerte.

    Me he despertado. Estaba tiritando.
   Me he asomado a la ventana y no había gente en la calle. He puesto la radio. Me he sentado mientras escuchaba los datos de actualización de la pandemia.
   La pesadilla es la realidad.
   Además mi madre hace tiempo que no está en esta dimensión terrenal.
    
    Besos mamá.










día 11, 14 , 20 y 23

       Estos días del confinamiento no hay ninguna entrada en el diario porque no hay nada reseñable para contar. Se sucede una rutina tras de otra, un cambio de espacio por la vivienda y tres comidas al día.
      Eso es todo ni más ni menos.
      La mente tranquila por momentos según grado de distracción.




jueves, 26 de marzo de 2020

Un rayo de sol, día 13


Día 13 de confinamiento, jueves 26 de marzo

      Después del aseo, me dispongo a la puesta a punto de la limpieza de casa. Hoy luce el sol. Llevamos una semana lluviosa y con los días nublados, fiel reflejo de nuestro interior.
      Pero hoy se puede apreciar que el cielo sigue siendo azul y luce el sol como presagio de que saldremos de ésta y  de que en nuestras vidas también más adelante lucirá el sol.
      Hoy he descubierto un sitio nuevo en mi casa. Un rinconcito donde estar un rato.    Ha sido al pasar cerca de allí por el pasillo que he visto un rayo de sol en una cama de un dormitorio cuya misión es contener en su amplio armario toda mi ropa. Pero el uso más importante de ese cuarto es acoger dos veces al año y por unos días a mis hijos que viven en otro país. Si coinciden los dos, uno de ellos pasa al estudio con un colchón en el suelo.
      La cama, que no usamos habitualmente, está también  preparada por si es necesario el aislamiento mío o de mi marido y tengamos que poner distancia dentro de la misma vivienda.
      Pues eso, que hoy al pasar por el pasillo justo en la cama vi  posarse un rayo de sol matutino.
      Y aquí estoy deleitándome con el cálido abrazo que proporciona esta luminosidad. Sé que he de poseerla por unos minutos porque de modo imperceptible va apartándose de mí por el inexorable girar de nuestro planeta.
      Los gatos se acurrucan junto a mí.
      Son unos minutos cálidos, serenos, cargados de energía.
      Después todo volverá a ser como era.

      Mañana volveré de nuevo a este lugar, aquí en mi propia casa y si hace sol volveré a llenarme de su energía.
      Sé que apenas pase una semana ya habrá pasado de largo el rayo de sol y habré de buscar otro rinconcito de la casa en otra habitación para volver a acurrucarme y cargar mis pilas de energía solar.
      En eso estoy a la captura de unos rayos de sol cada día.



P.D.: Me he dado cuenta que a lo largo del escrito he usado y abusado de la palabra hoy y decido dejarlas estar. Hoy es hoy. Es un día en presente. Hoy es ahora y mañana ya se verá. Pero hoy y ahora son nuestro presente y minuto a minuto lo seguirá siendo, nos sigue. Hoy, cada día es hoy.  Y eso esperamos, poder seguir diciendo hoy en presente.

miércoles, 25 de marzo de 2020

día 12, miércoles 25 de marzo



HOY

   Hoy es el día 12 de confinamiento.
   Hoy como ayer amanece lluvioso.
   Hoy es mi santo.
   Hoy decido no teletrabajar.
   Hoy tomaré un postre especial que compramos para tomarlo hoy.
   Hoy mucha gente me ha felicitado virtualmente y ha hecho que sea un día algo diferente.
   Hoy no salgo a la calle.
   Hoy daré unas vueltas por mi piso.
   Hoy escucho la radio, veo la tele y leo.
   Hoy saldré a las 8 a aplaudir.

   Hoy me quedo en casa.


Días pasados


Miércoles  6 de febrero de 2020

     Me despierto antes de que suene en el móvil el despertador.
    Miro la hora y me digo:
-            -  ¡vaya, aún me quedaban veinte minutos para que sonara!
    También cuando despierto en ese primer segundo de consciencia suelo pensar en que sigo viva, que sigo aquí en este mundo y eso me reconforta un poco.
    La sequedad en los ojos que noto nada más abrirlos me hace conectar con la realidad diurna.
    Me dormí a más de las 12 de la noche estando en la cama desde la 23:15, tres bochornos sudorosos después de cortar la luz y dos idas al baño antes de rendirme al sueño.
    Me incorporo en la cama y los dolores de cuello me espabilan un poco y me conectan más a la realidad
-          -madre mía-susurro-¡que rigidez en  la parte derecha!
      Después de varios giros de cuello, acabo con el movimiento que a cualquiera que me viera le parecería que estoy negando, que estoy diciendo que no, que no. Algo que he de decir más veces en mi vida, pienso. Me dirijo hacia el baño.
      ¡Ay por dios!-exclamo- ya llevo dos días sin hacer lo que debería por aquí.
      Me lavo la cara y me seco en una toalla que huele a mí. No soporto la toalla usada por otros sobre todo para secarme la cara. Me unto la piel de la misma de crema hidratante. Ese es un pequeño placer diario. Masajeo la piel de mi cara hasta que la crema penetra por todos los poros. La crema desprende un olor agradable. Algunas me huelen a plástico o a pescado, en suma a olores nada agradables. Además la untuosidad de la crema debe ser adecuada ni muy ligera ni muy aceitosa para que no quede después brillosa en la cara por no absolverse adecuadamente. Untuosa y de agradable olor, así es mi crema hidratante de cara perfecta, o de la marca es secundario. El untarme la crema y darme el masaje me hace sentirme un poco mejor cambiando un ápice las sensaciones desagradables del despertar. Lavado de partes bajas e íntimas, si me duche por la noche eso es lo que toca por la mañana y cambio de ropa interior. Untar poquito de crema vaginal externa para que la sequedad no produzca cierto resquemor y lista esa parte.
      Paso de nuevo a la cara con el ritual para la adecuación de la cara a su exposición exterior. Lo primero son unas gotitas de lágrimas artificiales en mis secos y picosos ojos. Varias vueltas de globo ocular con parpados bajados después, paso a arreglarme las cejas. Peinecillo untado en máscara de color marrón cejas y a peinar y ordenar los cuatro pelillos que tengo en mis canosas y poco pobladas cejas. Procuro que no haya grumitos en los pelitos de las cejas y necesito pegar mi cara al espejo para verlo mejor. Sigo con la pintura de ojos para lo que suelo usar un color ahumado y  uso la máscara de pestañas en una ligera pasada arriba y abajo. Ahora toca el turno de la crema solar que a veces uso coloreada. Así me cubre un poquito las arruguitas y manchas de la piel de mi cara. Continuo con crema de labios que necesito que sea untuosa pero de color no demasiado intenso. Decido el color en función de la ropa que usaré ese día. O tonos rosados o tonos marrones. Los colores rojos o fucsias quedan para muy pocas ocasiones en el año. De lo último que hago es pasarme el peine. Un peinado por mi pelo liso y fino.
      Y llega el momento de la colonia. Me gusta ese momento. Tengo dos olores, uno más ligero y fresco y otro más intenso y floral. Por supuesto elijo los perfumes por el olor. Hay pocos olores que me agraden del todo y dentro de esos que me agradan me decanto por el diseño de su envase de cristal. El frasco del más fresco me gusta de líneas suaves, transparente y muy sencillo. El más intenso me gusta en cristal tallado, si es posible con algún lazo o algo parecido y de color amarillo, rosado o blanco. Me pulverizo colonia detrás de las orejas una o dos veces en cada lado.
Me queda una agradable sensación de haberme destacado la dignidad de persona con todos los gestos realizados en mi cara.
      Ya salgo del baño.
      Me coloco la ropa que estaba ya decidida y preparada y voy de nuevo a repasarme el pelo con el peine. Paso a calzarme los zapatos.
      Sota caballo y rey, es decir, aquí tengo poco que elegir, zapatos casi planos y cómodos, muy cómodos. El diseño de mis pies cabos y con los dedos empezando a engarrotarse no me deja opciones. Además aquí en la ciudad siempre hay que andar mucho ya que las distancias son grandes.
      Estoy preparada y dispuesta para lo que de la mañana. Me dirijo al trabajo.





Un ángel de ojos azules


UN ÁNGEL DE OJOS AZULES HA LLEGADO--REGINA, Motril

      Un ángel bello, joven, femenino ha entrado en el cielo. No lo esperaba allí nadie. No le tocaba aún el turno de entrar allí. Se acomodará allí rápido de todas maneras porque sabe que no le queda otra pero…

NO ES JUSTO.

       Ella tan joven, era tan joven. Su recorrido vital de conciencia plena estaba apenas iniciado.
      La gran pena de su padre y de su hermano es  menor que el desgarro de su madre. Ella ese dolor no lo aguanta, no lo soporta, no puede alejarlo, la rompe por dentro, le desgarra el alma, le ha desfigurado su vida. No hay un mañana, el hoy es puro dolor, el ayer es lo único que vivirá en ella. Se llenará la mente con los recuerdos en forma de imágenes de su vida desde que la parió, vagará por la casa en los espacios en los que su hija estuvo. Las fotos serán su condena.
      Así es la vida, nunca se sabe, hemos de estar preparados. Decirle a esa madre: la vida continúa, te queda tu hijo, son solo frases vacías que nada le aportan.

No es justo.

      Es lo único que se atreve a decir y a gritar a los cuatro vientos por todas las  esquinas de la casa.
No es justo  que se te muera tu hija a los 26 años

NO ES JUSTO.

      Se tumba en la cama de su hija, se enrosca en la penumbra  de su habitación y es ahí donde siente un puntito de luz mientras dice: no es justo.
      Cierra los ojos y murmura, no es justo.
      Con esa calma descansa un rato. Ya sabe que al final se reunirá con ella. El tiempo pasa volando.
                                                                                                               




martes, 24 de marzo de 2020

Día 10 , 23 de marzo


              Día 10, Lunes 23 de marzo

          El móvil lo tengo “petao” de whatsApp y vídeos de chorradas y de ánimo y de propuestas de ejercicios físicos realizados por amigos para los grupos. Nunca me han gustado mucho todas esas “chorradas” pero eso era antes. Todo lo que nos mantenga entretenidos, despiertos, atentos y nos distraiga tiene ahora cabida. A veces nos sirve para seguir alegres y pensantes. Pero me he propuesto dejar de mirarlos en intervalos de tiempo más o menos largos. Al menos durante la sesión de trabajo matutina frente al ordenador no  lo miro ni una vez. En horario de siesta tampoco y si me pongo a leer, al menos 15 minutos sin tocarlo.
          Menos mal que me compré un móvil poco antes de esto, el otro estaba a reventar de cosas y no le cabía mucho más en su memoria.

       ¿Y en nuestra memoria? ¿Cuánto cabe?
       ¿Se satura en algún momento? ¿Como la bajamos de contenido?
        Creo que la lectura, la risa y los minutos de dejar la mente en blanco, que es para mí ahora la siesta, es lo que descarga la mente de tanta saturación de información y de imágenes.

       Ayer tarde tuve una idea. Me perdía un poco en la cuenta de los días que llevamos sin salir a la calle y al igual que un robinson necesito saber los días que van transcurriendo. Así que idee hacer unos números en tamaño cuartilla y pegarlos en la ventana del salón de mi casa.
       Un número por cada día. Y cada día añadir uno.
        Así no perderé la cuenta de los días que llevamos aquí encerrados. Es algo visual que se planta delante de mí y me hace ver cuántos días  han pasado ya y como van aumentando día tras día. Uno detrás de otro y así sucesivamente en un ir hacia no sabemos dónde pero que esperanzados seguimos en casa. Permanecemos atentos a las noticias y a que todo se normalice lo mejor posible y cuanto antes.
      ¿Cuantos días serán necesarios?
      ¿Taparé toda la ventana?
      ¿Qué haré si necesito más espacio?
       Día a día iré viendo cómo va la situación.

       ÁNIMO




lunes, 23 de marzo de 2020

Día 9 e confinamiento


           Día 9, domingo 22 de marzo
      No he dormido muy mal del todo. Solo dos veces me he despertado un poco aturdida con el pensamiento en la mente de lo que está pasando. Normalizo todas las tareas cotidianas de aseo para centrarme en el presente.

      HOY HE SALIDO A LA CALLE.

      Después de 8 días sin pisar la acera he decidió salir para comprar el periódico.
      Estaba nerviosa sin saber qué ponerme. No quisiera salir muy colorida para no llamar la atención ni destacar en el paisaje gris en que estamos inmersos. Por otro lado tampoco vestir de colores oscuros, no quiero parecer tan triste. Muy abrigada tampoco pues ayer empezó la primavera y eso que El Corte Inglés no lo avisó en su publicidad. Tampoco muy desabrigada porque no quiero coger un resfriado.
      Me decido por tonos beige.
      En el baño decido que solo me pintaré los labios y me decido por un tono rosa. Me unto de un pintalabios rosa y veo que mis labios han quedado opacos, les falta brillo. Me doy encima otra capa de otro rosa con brillo, luego lo matizo con el tercer pintalabios rosa que tengo que es más intenso. Me doy por satisfecha. Labios bien marcados pero en tono no muy llamativo.
      Espurrearme la colonia me resulta placentero.
      Hoy voy a vivir una aventura: saldré a la calle.
      Hoy he salido a la calle.
      A por el periódico en papel, como me gusta cada fin de semana.
      Mi marido cada dos días sale al contenedor junto a la entrada de la urbanización a tirar la basura.
     Yo no había salido. Decidimos salir los dos juntos.
       Al salir del portal me invadió una extraña sensación y cierto temor. Por un lado al ver las calles vacías y por otra parte al saber que no debía estar ahí.
      A paso rápido caminando con la cabeza gacha.
     Ya que he llegado hasta allí, al kiosco decido comprar dos diarios con sus suplementos correspondientes.Tengo lectura para compartir con los libros de papel y de ebook para toda la semana.
      Al despedirme del amable kioskero le he deseado que tenga un buen día. es uno de lo trabajos permitidos y también hacen una gran labor.






      De nuevo en casa, los zapatos quedan en el pasillo de entrada a mi casa. Las manos son rápidamente y enérgicamente lavadas y todo vuelve a su ser, a este espacio físico al que ha quedado reducido nuestra vida, no nuestra mente
      Al mirar el móvil  me llevo una sorpresa llevo cerca de 300 pasos. Ha contabilizado los pasos dados en la calle junto a algunos de andar por casa. Me ha dado alegría ver cuánto he andado. Intentaré supera esos pasos andando en casa con el móvil a todas partes.
      Me arrojo al sofá esperando que me acoja cálidamente y por unos minutos soñaré con este viaje de hoy. Tendré varios días para recrearme en este viaje, tan cerca en el espacio y tan lejos en mi mente.

Día 8 del confinamiento


            Día 8, Sábado 21 de marzo

      Hoy toca poner lavadoras. Personalmente esta faena casera me gusta. Es agradable tender la ropa después de una buena sacudida y colgarla estiradita. Luego recogerla una vez seca con el agradable aroma que desprende la ropa limpia. La plancha la tengo reducida al mínimo de prendas. Básicamente plancho camisas y pantalones y algún que otro vestido y falda. Pero en estos días quizás retome algo más la plancha. Las suaves pasadas puede resultar un mantra relajante.
      Cuando todo vuelva a la normalidad cotidiana  no querré perder el tiempo en esa tarea, iré directa a la acción. Pero ahora aquí, en casa, es un acto agradable y además dejo la radio puesta.
       La tele hasta después de la siesta no la enciendo. Lo he conseguido. Yo me imaginaba tirada en el sofá con la tele puesta casi todo el día, pero no es así afortunadamente.
      Ordenador por la mañana, lectura, cocinar, limpiar, juegos de mesa, y otras actividades donde la tele aparece apagada.

     La radio sí que suele estar encendida toda la mañana y parte de la tarde.




      
      Saber que mi hija, que está en otro país viviendo, escucha la misma emisora me hace sentirme cercana a ella.

Día 7


Día 7 del confinamiento, viernes

      La radio no para de decir que el 80 por ciento seremos afectados de esta enfermedad.
      Pero bueno o estoy confinada en casa, pienso. Será más difícil que lo coja.
      Aunque esto es cuestión de tiempo así que me planteo que no sé si es mejor cogerlo ya o después. Aun hay vacantes en los hospitales me digo dicho irónicamente.
      Al final ese 20 por ciento que no enferme de coronavirus se sentirá, nos sentiremos, bichos raros o héroes o apestados por habernos librado.
      ¿Se dividirá la humanidad en dos, los que la han pasado y los que no?...

      Ya se irá viendo. Pero asustan un poco esos datos.






Día 6 del confinamiento








Día 19 de marzo jueves

     Hoy es el día del padre. El mío no está junto a mí. Ni siquiera está en la misma dimensión que yo, pero lo siento cercano.
     Visualizo unas fotos de él y mías con él. Es mi homenaje en el día de hoy.
     Los aplausos de hoy supongo que una parte irán dirigidos a ellos, a los padres, los que ahora están encerrados junto a sus hijos y los que están separados de ellos pero cerca de su corazón. También para Pepes, Pepas, María José y demás variantes del mismo nombre
     Que buen momento y que necesario el de los aplausos.
     Salir cada día al balcón y saber que estamos ahí  es muy importante anímicamente.      Poder vernos aunque sea en la distancia nos reconforta, nos hace sentirnos mejor.          Todos a una.
     Cada día mis vecinos suelen poner una canción de fondo después de varios minutos aplaudiendo. Emoción de unos minutos que nos reconforta todo el día. Y nos crea un estado de ciertos nervios de emoción cuando se acerca el momento.










     

viernes, 20 de marzo de 2020

Atrapados en casa



     Mis gatos, Duque y Simba, son gatos que nunca salen de casa. Se mueven por las distintas estancias un día tras otro. A veces  reclaman salir al balcón un rato, sobre todo cuando da el sol. Allí se tumban y acicalan. !Da gusto verlos  tan disfrutones con tan poca cosa!

   En estos días de encierro pronto se han habituado a qué estemos tantas horas junto a ellos.
Los primeros días no nos dejaban teletrabajar con el ordenador. pero pasada una semana ya dormitan junto a él.
      Lo curioso es que esta mañana al abrir la ventana se han asomado a ella como añorando estar fuera. 
      Uno y después el otro han estado varios minutos observando el exterior como añorándolo. 

      Quizás sea yo la que con melancolía me asomo a la ventana deseando que llegue el día en que podamos salir a la calle sanos. Esperanzada  también en que la recuperación económica y social esté cerca.





jueves, 19 de marzo de 2020

Día 5 del confinamiento, miércoles 18 marzo


Día 5 de confinamiento, miércoles 18 de marzo 2020

       Me despierto hoy totalmente consciente de la situación mía y de toda la humanidad.
      Pongo la radio que es mi fiel aliada cada día. Siempre me acompaña en las etapas buenas y en las menos buenas, como ahora. Compañera fiel, amiga inseparable, siempre tiene palabras para mí y muchas veces hace que me cambie el ánimo y me alegre.
      Desayuno y aseo. Si tuviera que ir a trabajar me hubiera lavado el pelo, pero para estar por casa puedo pasar otro día si lavármelo. Mañana sí lo haré.
       Voy a vestirme y decido que cambio el modelito.
      Tres días llevando un misma vestimenta va bien. Abro el armario y veo allí arrumbado el sujetador. Es una prenda que si no salgo a la calle no la uso.
      Al verlo me ha hecho una vez más ser consciente de la situación que estamos viviendo de forma palpable.¿Hasta cuando no será usado?
      Esa prenda junto a los zapatos, que no zapatillas de casa, y los pendientes las uso solo para salir a la calle.
      ¿Qué hago con el sujetador?¿ Lo guardo en su cajón? ¿O lo dejo a mano en el estante de camisetas presto para ser usado?
      Como no quiero romper la cotidianidad de  los días lo dejo en el estante. De ahí cada día lo cogía por la mañana temprano cuando iba a trabajar porque facilita el cogerlo rápidamente. Ahí lo dejo.
      Aún sigue el frío y es algo de agradecer. Permanecer en casa calentita a salvo del fresco exterior es mas agradable que quedarse en casa haciendo un tiempo espléndido con sol.
     Miro la ropa del armario.
     Sigue con la temporada de invierno y alguna prenda mas frugal.
     Como se instaure el calor tendremos que hacer el cambio de armario. Ahí notaremos la cantidad de prendas de ropa que nos sobra. No necesitamos tanta cantidad de prendas.
     La moda cambiante nos hace comprar de más y eso lo hacemos cada temporada. Este año no podremos actualizar nuestra ropa. Cuando salgamos a la calle llevaremos las prendas de otros años. La moda se habrá paralizado una temporada.
     Me decido por un chándal suave y con un color apetecible.
     Doy al pulsador de la colonia.
     Estoy lista para la sesión de trabajo on line.
     El tiempo sigue nublado y es algo de agradecer. Con el tiempo así estar en casa es mas agradable.
     Estoy pensando que me estoy perdiendo con los días que aquí llevamos. Me siento como Tom Hanks en la película Naufrago. No se ya el día que es .
     Y solo es el quinto día. A partir de hoy en mi diario pondré el  día de la semana y el mes. Esto va para largo.
     Necesito saber el día en que vivo, aunque unos días se sumen a otros y nos vayamos quedando sin recuerdos reseñables.
      Un día detrás de otro, un día igual a otro o muy parecido, sin poder contar ni mostrar experiencias de salidas, viajes, comidas familiares…
     Salgo al balcón y observo las macetas. Ellas si son cambiantes y se avecina que llega la primavera. Algunos capullos están para abrir, también en la orquídea que tengo en el interior. Será un día para recordar el que florezca alguna flor. Regalo de la naturaleza que sigue su curso pese a todo.
     Sigo con el ritmo cotidiano de esta realidad:
-          Ejercicios adecuados para ser llevados en casa a través de un vídeo que ha mandado  un compañero de trabajo y que nos anima también con música y gritos alentadores.
-           Lectura, me he acabado un libro y me decido por otro. Paralelamente llevo otra lectura en el ebook que pronto terminaré también.
-           Lectura de la prensa digital
-          Tele
-          Neflitx
-          Salida al balcón para ejercitar los brazos con los aplausos y el ánimo con la presencia de mis vecinos como si estuviéramos en un canto tribal compartido.
-          Cocina
-          Limpieza
-          Jugar un rato con los gatos
-          Y móvil, mucho móvil.

     Creo que me faltaría un poco de tiempo para escuchar música, mi música, la que me gusta.

     Ánimo , hasta mañana.




miércoles, 18 de marzo de 2020


         X
      RECORDAR SOLO PARA OLVIDAR  Y NO  REPETIR


Ø  Para que sirvió aquella discusión tan tonta con tu pareja por tan poca cosa.

Ø  Qué aportó a tu vida en positivo aquella disputa en el trabajo tan nimia visto desde ahora.

Ø  Recordar para no repetir las suspicacias que tuviste con tus compañeros de trabajo que producían roces que ahora ves innecesarios.

Ø  No mosquearse tanto cuando alguien se nos cuela en una tienda, decirle algo pero educadamente.

Ø  Aquí cabe reflexionar de todas las situaciones de las que ahora estás un poco arrepentido.

Ø  A partir de ahora contar hasta 10 o más antes de decir algo de lo que te puedas arrepentir.

Ø  Silencio mejor que palabras huecas.

Ø  Alarga esta lista
                                              




                             SI  ES  AHORA  CUANDO
  
                                            
Ø  Rescatar en nuestra memoria las risas de aquel día que estaban  en el recuerdo. 

Ø  Ver con detenimiento las tantas fotos que hicimos de aquel encuentro con familia o amigos.

Ø  Es momento de llamar a esa persona de la que no sabes nada últimamente y antes era tanto para ti.

Ø  Ahora deberías llamar a familiares que son mayores que están solos o aunque estén acompañados de algún familiar llevan su soledad impregnada en cada poro.

Ø  Mirar a la gente a los ojos.

Ø  Disfrutar con las pequeñas cosas:
-ver amanecer
-ver atardecer
- estirarse
- nadar en el mar
- tomar el sol tumbada en la arena de la playa
- regar las macetas
-acariciar a tu mascota
Son tantas pequeñas o grandes cosas como personas
…añade las tuyas

Ø  No usar tanto el móvil. Dejarlo reposar y usarlo solo de vez en cuando.

Ø  Saludar  a tus vecinos en pasillos o ascensor y charlar un poco con ellos para poder ofrecerles tu ayuda si es necesaria (esto sería para cuando nuestra vida se haya normalizado)

VIVIR cada día de tu vida.

Día 4 del confinamiento


Día 4 de confinamiento

      Me despierto y enciendo la radio. Esa costumbre tan cotidiana desde hace años. Uauuuu escucho buenas noticias. Respecto al tráfico oigo que no hay ningún atasco en  nuestras carreteras. Se informa también de que hay plazas libres en todos los parking del centro de la ciudad y no ha habido ningún accidente reseñable.  Las temperaturas se muestran al alza en casi toda España. Vivimos en un sitio ideal pienso.
     Oooost….   despierto ahora a la realidad. Estaba todavía sin despertar de todo y por unos minutos pensaba que era un día “normal”. Lo que he escuchado son consecuencias de “quedarnos en casa” no es lo cotidiano de nuestro día a día como era hasta ahora: atascos, accidentes de tráfico…en horas punta de entrada o salida a los trabajos.
      Me aseo y me visto con ropa cómoda, como todos estos días. Después de peinarme descubro en el lavabo el tarro de colonia. Echarme colonia cada día antes de salir a la calle  era una costumbre  que llevo días olvidada. Siempre he pensado que me aporta un punto sofisticado, es como pulsar el botón de todo listo para salir.
      Hoy me he echado colonia. Me ha gustado envolverme en el aroma tan agradable para mí y ha supuesto un instante de placer.
      Mis gatos hoy están juguetones Ellos cada mañana están solos y se la pasan durmiendo mientras estamos fuera en nuestros trabajos.
      Ahora notan que llevamos días en casa y que no salimos. En vacaciones pasamos también mucho tiempo fuera de casa pero ahora no, estamos todo el tiempo en casa. Se muestran especialmente activados por nuestra estancia en casa y juegan con cualquier pequeña cosa que encuentren por encima de alguna mesa, todo vale, un tapón de cartón de leche es de los  preferidos.
     Da gusto verlos jugando o dormitando. Poco o nada han cambiado su rutina.
     No como nosotros…
    Llueve.
    Son lágrimas de todos.
    La naturaleza aliada con las personas.
    Nunca la lluvia expresa tan certeramente el ánimo de las personas.
    Es un llanto universal.
    Llanto hecho lluvia de toda la humanidad.

   Momento de trabajar.
   A la tarde un poco de lo de siempre, de lo de últimamente: lectura, tele, estiramientos…
    Esta tarde hemos jugado al juego de mesa Rummikub, un juego en donde debes tener activada la mente y pensar un poco. Un buen rato hemos pasado. Al menos no tengo que jugar a un solitario. Por cierto he ganado.