Gotas de escritura-Charcos temáticos-Ríos de palabras-
Mares de ideas-Océanos de pensamientos-Reflexiones

martes, 17 de marzo de 2020

Día 3


Día 3 del confinamiento. Lunes 16 de marzo

     Desayuno con la radio como siempre. Me ducho y me pongo ropa cómoda. Hasta aquí todo es normal tal y como lo hacía hace unos días. Solo que ahora viene la parte en que me iba a trabajar. Y hoy no. Ya no. Por un tiempo que ni se sabe.
     Voy a “disfrutar” este tiempo libre dado. Al menos estaré entretenida para que mi mente no vaya por libre y sea catastrófica.
     Tengo tareas por trabajo a distancia. Aprendiendo y usando a la vez las plataformas digitales que nunca pensé aprender ni usar por tener ya una edad poco receptiva a estas técnicas digitales tan variadas y cambiantes.
     Me acomodo en el salón de casa como si un gran y agradable despacho fuera y dejo la radio encendida en modo bajito, hasta un trapo que matiza la voz le echo por encima. Me dispongo a  aporrear el ordenador y al teletrabajo. Además estoy pendiente del móvil que es la herramienta de coordinación del grupo de trabajo.
      Tres horas o así de teletrabajo creo que es adecuado, luego a la tarde prepararé las actividades para enviar al día siguiente.
     Sigo escuchando la radio y todo sigue igual.
     El día acompaña en su tristeza. Sopla un fuerte viento y unas nubes grises van moviéndose por el cielo. No apetece nada salir pero si pudiéramos nos íbamos todos a la calle.
     Cocino.
     Me hago unos largos de pasillo para que mi móvil contabilice los pasos andados. La semana pasada tenía entre 5000 y 12000 pasos al día. Me va a influir mucho en negativo ver en mi móvil 30 pasos al día como me paso hace unos meses cuando estuve con fiebre y enferma en casa. Era un dato palpable de que no estaba haciendo vida normal. No quiero que eso pase. Psicológicamente no es bueno. Cojo el móvil en el bolsillo y echo a andar una vuelta tras de otra.
     Un compañero ha mandado unos vídeos con ejercicios para realizar en casa fácilmente. ¡Qué buena idea!
     Con una esterilla, música animada en el ambiente y siguiendo sus indicaciones del vídeo se pasa el tiempo rápidamente con el cuerpo activado y la mente distraída.
       Después de comer no creo necesaria la siesta pero no quiero romper rutinas, eso me pondría alerta llenándola de pensamientos no controlados de tipo catastrofistas.
     Me tumbo y hago la siesta rigurosamente aunque no dormito nada.
     Me levanto y pongo un rato la tele. Lectura y…puf saldría a andar pero no, he de guardar rigor. La tarde se me pasa en hacer sudokus, lectura y estar un rato en el balcón. Llega el momento de los aplausos. Hoy suena la música  “Que  viva España” de Manolo Escobar de fondo y es coreada por todos y animada con unos bailecitos y ondeamientos de bandera en los balcones
     Hora de la cena, un capítulo de Neflixt , lectura en cama y a dormir.



No hay comentarios:

Publicar un comentario